miércoles, febrero 28

Reacciones

Sí, es cierto, desconfío de ti, no absolutamente, sino solo en dos aspectos:
Tengo miedo, más específicamente, te tengo miedo, pues en antaño cada uno de tus actos, aun cuando tu no lo supieses del todo, provocaron profundas heridas a lo largo de mi cuerpo. Tomé distancia, quizás demasiada, pues sólo así, retrayéndome sobre mí, refugiado en mi coraza y dejando de lado mi propio flagelo, pude mantenerme en pie hasta ahora.
No encuentro como asirme. Después de admirar como los planos del porvenir caían en el cesto de basura aplastados por la incertidumbre y el vacío que propiciaste, y que mas tarde alimenté de propia mano, todo quedó entre paréntesis (tu besos, tus abrazos, tus fugaces caricias), todo parecía ser una sarta de fantasmas intermitentes , que si bien podía augurar mejores climas, también era muy posible que desaparecieran, como un vaho ficticio de la imaginación, derrumbándome de nuevo. Aun hoy siento que todo sigue pendiendo de nada.
Hace tiempo tú pasaste por lo mismo, en aquel entonces me pediste tiempo para recobrar la confianza en ti, la fe en nosotros, ahora te pido lo mismo.

¿¡Ahora, después de todo, me preguntas si es bueno esto que hacemos!?

sábado, febrero 3

Mars



Hace tiempo que te fuiste a Marte, notamos tu ausencia, mas no creímos que estuvieras tan lejos hasta que recibimos una llamada tuya preguntando si seguíamos aquí, que curioso.
Seguimos aquí, nosotros nunca nos fuimos, si bien te extrañamos y nos duele tu ausencia, no por ello vamos a perseguirte, pues por algo partiste a Marte.
Ahora nos dices que deseas volver, pues vuelve, pero insistes en que no puedes, y cómo has de poder si a cada instante llamas para saber si seguimos aquí esperándote, si aun deseamos tu regreso.
Insisto, seguimos aquí y anhelamos tu regreso.
Pero si no cuelgas el teléfono, si no confías en nosotros, ¿cómo vas a regresar? Deja de marcar nuestro número, ve a buscar el primer transbordador a casa y vuelve. Si no hay transporte, ¡construyelo! que ya construiste uno para llegar a Marte. Nadie dijo que sería fácil, ni que sería gratis, pero si no confías en ti, si no tienes fe en tu regreso y en que seguiremos aquí, no volverás jamás.

Que Marte no está muy lejos, y por frágil que te sientas en esa extraña gravedad, creo absolutamente en tu completa capacidad de retornar a salvo.

Has que el cosmos valga un ápice frente a tu voluntad.

Aquí seguimos para ti.