domingo, mayo 7

Rojizo 4


Hace ya mucho rato que no viajábamos en pesero, no al menos juntos. Ambos concordamos en ello. Que curioso, el camino nos llevo a cruzarnos de nuevo, cuando menos en un pesero, como se acaba de decir. Apenas trato de decirle algo, de escribirle una líneas, y únicamente comienzo el intento de revivir toda la tormenta, y dicen por ahí, que tal cosa no es sana. Pero de los muertos ya se habló en otro lado, no es aquí lugar para repetírselo a usted, a usted que sobre todo es vida. ¿Habrá que narrar toda la historia? Lo dudo. Parece que siempre quiero contar la historia, aun peor, parece que requiero de la historia para mantener lo que con usted tengo. Cómo si tuviera que contarme el mismo cuento cada noche, para dormir soñando en usted. El pasado es lo que nos mantiene, lo que aun, pese a los desiertos, nos reúne. Me estremece percatarme de ésta dependencia al pasado. ¿Es que nos hemos vuelto fantasmas? ¿Somos espectros condenados a recolectar las migajas de vida, de aquel festín que nunca compartimos? ¿No queda más que saciar, ésta hambre inmaterial, con aquellos restos cadavéricos? Resulta horrenda ésta conclusión, no queda más que rehuir.
No somos historia. Aún podemos pintar juntos el mural, ese que bosquejamos bajo la Luna, cuando nuestras historias se develaron una a la otra. Dígame usted, dígame alguna palabra de esperanza, que el silencio reina hace ya más de un año. Pero véalo bien, esa esperanza no hace más que sumirnos en el pasado, en ese oscuro abismo que nos profetiza el puente que nunca llegará. Está perdido de ante mano, no hay juego que jugar. No obstante, seguimos insistiendo en imaginar el tablero, y proyectar jugadas. Nuestro juego, mero vapor de hadas. ¿Te gustan las hadas?
Quisiera escribir algo alentador, algo que nos reúna como aquel pesero, pero mientras más observo, sólo veo hundirse a la oscuridad en el abismo que entre nosotros plaga la distancia y el cambio. Sólo me restaría lanzar fuegos artificiales. decirle que el futuro aun nos aguarda, lleno de bienaventuranza, lleno de gusto y placer. Sólo serían fuegos de artificio, exaltarían nuestras pasiones, pero nomás. Sin embargo, ya se dijo, que todo está jodídamente perdido. Si no queda más. ¿Por qué no estallar? Soñemos, que el opio es bueno, y tú eres aun mejor, mi ilusión, exquisita en tu carmín. Anhelada como nunca, dueña de este obtuso deseo que se retuerce de agonía, y se niega a morir. Diosa en loto de mis sueños, de labios intactos, intactos de los míos. Llama ardiente, que nuca morirá, que tiñe de rojo mi espectro, que lo incendia, aunque jamás lo consume.

1 Comentarios:

Anonymous Anónimo escribió:

Hola Don
cuando lo vea le paso 10000 Days...
cuidese.

jueves, mayo 11, 2006 10:38:00 p.m.  

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